El viernes 1º de febrero el diario La Nación publicó un editorial que titula: “Niñas madres con mayúsculas”, donde desarrolla una supuesta reivindicación de niñas que, con sus 12 o 14 años, decidieron continuar un embarazo; niñas que, por supuesto, fueron violadas. La nota aprovecha la oportunidad para confrontar con las organizaciones de mujeres que llevaron la lucha por el aborto legal seguro y gratuito en el hospital y las que acompañan los casos en los que debiera aplicarse el protocolo ILE (abortos no punibles) enfrentándose al Estado y al poder clerical.
La comisión interna de las y los trabajadores del diario rápidamente hizo conocer su repudio porque romantiza la maternidad de niñas que fueron abusadas, promueve un delito y está plagada de mitos tales como “el instinto maternal” ampliamente refutado por científicxs y académicxs de diversos campos. La AGD y un conjunto de organizaciones del movimiento de mujeres y sindicatos repudiamos este editorial en el mismo sentido.
La Nación celebra lo “admirable y emocionante [de] ver desplegarse el instinto materno”, pero disimula la barbarie de que se trata de niñas menores y abusadas. Ya en otra editorial, en septiembre de 2018, en torno a la reforma de la ley ESI, mostraron su más férreo apoyo al “Con mis hijos no te metas” para evitar que en las escuelas se imparta una educación sexual laica y científica.
En momentos en que las organizaciones de mujeres, de disidencias sexuales- de género y sindicatos (entre ellas, AGD) estamos organizando una gran jornada de paro y movilizaciones para el 8M contra todas las violencias y por el aborto legal, a pocas horas de estar en las calles y marchando a la Plaza de Mayo porque en lo que va del año tenemos 22 femicidios, múltiples denuncias por violaciones en manada, desapariciones de pibas, abusos en la infancia y los bloqueos que el Estado, los gobiernos y la iglesia levantan contra el protocolo de la ILE; el diario de Mitre contribuye al oscurantismo medieval nuevamente actuando como instrumento de regimentación.
Mientras tanto, los defensores de la familia y el instinto maternal cierran su planta gráfica de Barracas dejando en la calle y sin sustento a 200 familias obreras. La hipocresía no tiene límites.
La violencia contra mujeres, niñas, lesbianas, trans, travestis, el colectivo LGTBIQ+ se profundiza a medida que la crisis y la descomposición avanzan. Por eso más que nunca, llamamos a todxs a organizarnos con fuerza a repudiar estas prácticas y llevar adelante nuestro pliego de reivindicaciones