Estamos ante una nueva jornada de la masiva movilización que aquel 3J de 2015 colmó las calles al grito de Ni Una Menos. Ponía ante los ojos de todxs pero especialmente del Estado y sus organismos, el hartazgo ante la escalada de violencia cuyo extremo se manifiesta en el femicidio y el asesinato de personas trans*, travestis y no binaries. Por esos días, y luego de una semana de casos de pibas y mujeres asesinadas, el femicidio de Chiara Paez, una joven de 14 años asesinada a golpes por su novio y encubierto por la familia, fue la gota que rebalsó el vaso.
Desde hace 6 años, la fecha se instaló en la agenda del movimiento de mujeres y diversidades para levantar la consigna “Basta de violencia y de femicidios. El Estado es responsable.”
En la actualidad siguen planteadas las mismas exigencias. Según un informe del Observatorio Lucía Perez, desde el 1 de enero al 31 de mayo de 2021, se registraron 127 femicidios y travesticidios, y 103 hijxs quedaron huérfanxs entre ellos, el 63% menores de edad. Desde ya, se trata de muertes totalmente evitables toda vez que comisarías, fiscalías, juzgados y organismos del estado en general no garantizan las medidas necesarias que pongan a resguardo a las personas en situación de violencia. Mientras escribimos estas líneas, se conoce el femicidio de Ayelén, una joven que participó de la toma de terrenos de Guernica para iniciar una vida separada de su agresor. El Estado es responsable porque no existe un plan integral para combatir la violencia hacia las mujeres y diversidades.
El ámbito universitario no está exento de compañerxs que padecen situaciones de violencia en el espacio doméstico, a las que se les agregan situaciones de violencia de género especiales de nuestro trabajo como la sobrecarga en condiciones de precariedad laboral, despidos, acosos, la negativa a las licencias y dispensas por tareas de cuidado así como la de impulsar la inserción laboral trans. Como lo denunciamos desde hace años, el Protocolo contra la violencia sexista de la UBA opera como una política para la tribuna por parte de las diferentes gestiones, sobre todo cuando lxs denuciadxs pertenecen al riñón de alguna de las camarillas universitarias.
Este año no habrá una convocatoria unificada y de acción callejera pero desde la AGD UBA, como parte de este movimiento, queremos aprovechar la jornada para seguir levantando el pliego de reivindicaciones del movimiento de mujeres y diversidades, de manera independiente de las gestiones universitarias, los gobiernos y las iglesias.
Basta de femicidios y asesinatos de personas trans*, travestis y no binaries.
Aparición con vida de Tehuel.
Por una ESI laica, científica y que respete la diversidad sexual y de género.
Respeto a las licencias y dispensas ya.
Aplicación en la UBA del Convenio Colectivo Nacional de Trabajo de Docentes Universitarixs ya.
Salario básico igual a canasta familiar y plenos derechos laborales para la docencia universitaria y preuniversitaria.
Por una Universidad y una educación públicas al servicio de las necesidades del pueblo trabajador y la clase obrera.
Inserción laboral trans* en la UBA y en todas las UUNN.