200 años de la UBA, entre el orgullo y la precariedad

A 200 años de la creación de la UBA
A lxs estudiantes, docentes y no docentes
El próximo 12 de agosto se conmemora el bicentenario de la Universidad de Buenos Aires y se disponen los actos oficiales para celebrarlo. También nosotrxs, quienes construimos un sindicato hace más de dos décadas para defender el derecho de lxs docentes y una universidad pública, científica y gratuita, tomamos esta fecha como propia.
Pero lo hacemos desde la memoria de aquella rebelión cordobesa que se extendió al país y al continente para transformar de raíz los claustros universitarios; de las históricas marchas en defensa de una universidad laica y gratuita; de la resistencia contra la represión de la Noche de los Bastones Largos y las intervenciones criminales de Ottalagano y la dictadura (de la Noche de los Lápices y los miles de estudiantes y docentes desaparecidxs); de las querellas contra los genocidas que impulsamos como gremio; de la defensa en las calles contra el arancelamiento, los exámenes de ingreso y los cupos de ayer y de hoy; de las movilizaciones, tomas y paros contra la Ley de Educación Superior del Banco Mundial y el menemato hoy vigente; de las luchas en cada asamblea universitaria por la democratización y contra un estatuto retrógrado; por el claustro único docente, mayor representación estudiantil y participación plena no docente; contra la universidad enseñadero, la de los fondos propios y presupuesto de asfixia, la de convenios y pasantías basura; de las más recientes movilizaciones y huelgas por el salario, el fin de trabajo gratuito, la aplicación del Convenio Colectivo de Trabajo, los derechos jubilatorios y el respeto a la ley nacional, el trabajo de jóvenes becarixs, el presupuesto universitario.
Lo hacemos también por este presente que nos encuentra a estudiantes, docentes, investigadorxs, becarixs, no docentes, desplegando todas nuestras capacidades para aprender, enseñar, investigar y contribuir a las necesidades de nuestro pueblo en una de las universidades más reconocidas de Latinoamérica. Pero también, y a 200 años de su creación una de las más precarizadas.
¿Hace falta recordar que la mayoría docente de la UBA carece de representación en los órganos de gobierno porque no existe el claustro único docente, que el movimiento estudiantil está subrepresentado y los no docentes siguen sin voto? ¿Necesitamos volver a denunciar en este aniversario el grado de nuestra precariedad laboral (desconocimiento de nuestro Convenio Colectivo, interinatos permanentes, trabajo gratuito) y salarial (con salarios y jubilaciones por debajo de la canasta familiar, con miles de trabajadores ad honorem)? ¿El estado lamentable de los edificios, de los laboratorios, de las bibliotecas? ¿Y sobre la falta de avance en materia de inclusión laboral trans o donde la violencia laboral y de géneros se mantienen apoyados en compromisos políticos y en la propia precariedad laboral? ¿Tenemos que explicar en este bicentenario que la enseñanza remota se hizo sobre la base de los recursos comprometidos solo por estudiantes y docentes?
Por las luchas que lograron lo mejor de nuestra universidad. Como decían aquellos jóvenes cordobeses en el 18: “los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan”. El aniversario renueva nuestro compromiso como gremio de la UBA por los reclamos históricos y presentes del movimiento estudiantil y docente, más necesarios y vigentes que nunca, para poner en pie una universidad pública y gratuita sobre nuevas bases sociales al servicio de las mayorías populares.