Empezamos a reencontrarnos con nuestrxs compañerxs de trabajo en los cursos de verano, en las primeras mesas de examen, en nuestros lugares de investigación. Y, tras los primeros intercambios, sale un “no me alcanza el sueldo” o “estamos cada vez peor”. Está la sensación de que esto no da para más ¿Es una sensación?
El gobierno lleva adelante una de las más brutales ofensivas contra los trabajadores y el pueblo, expresada en despidos, aumento de la pobreza y la indigencia, mayor precarización laboral, depreciación de los salarios y de los haberes de nuestros jubilados, tarifazos semanales en el transporte y los servicios. A esto se suma la reforma previsional –que el gobierno amenaza ampliar siendo nosotros un posible “blanco”– y la laboral. Es la contracara de los pagos usurarios de la deuda externa que crece en tal proporción que ya todos calculan cuándo se va a producir el default: si este año o el que viene. Una especulación (con todos los bancos y los fondos buitres obteniendo ganancias extraordinarias) de la que oficialistas y “opositores” concluyen no que la deuda es impagable sino que hay que reestructurarla. Es decir, seguir pagando a costa de nuestras condiciones de vida.
La mayor pérdida salarial de los últimos 15 años.
Frente una inflación del 47% en todo 2018, recibimos un 15% en blanco y sumas fijas (remunerativas y no bonificables) que en el mejor de los casos llegaron al 10% y en otros no superaron el 7%, promediando un incremento total para el año pasado de 22%-25%. En enero, y en una farsa de “revisión”, el Gobierno anunció una nueva suma del 5% (ni remunerativa ni bonificable), ¡en negro!, a cuenta de… “futuros aumentos”.
Frente a una línea de pobreza de $25.493,80 y de indigencia $10.197,53 (cifras de diciembre), el cargo testigo del docente universitario es de $14.067.
Si faltaban razones para rechazar el acta paritaria, ahora, meses después, nos sobran. Los firmantes deberán explicar a sus afiliados que no solo entregaron una de las más grandes luchas de los últimos años sino que además acordaron una paritaria que acumula una pérdida salarial de entre el 18 y 20%. Y además, como lo denunciamos en su momento, consagra la vuelta de los pagos en negro que destrozan el salario, reducen los aportes jubilatorios y la obra social que ya habíamos eliminado tras la gran lucha del 2005. Una situación similar a la que viven becarios e investigadores en el cuadro de un ajuste fenomenal del presupuesto universitario y de ciencia y técnica.
¿No pasa nada?
Mientras avanza esta embestida del gobierno, las centrales sindicales no dan señales de vida. Siguen anunciando un paro que nunca se convoca o, directamente, como Yasky, declaran que en este año electoral no conviene hacer paros. Son los que nos decían que “hay que apostar al 2019” mientras le firmaban al gobierno paritarias a la baja como en docentes universitarios. Pero ya estamos en 2019 y desde enero lo que no paran son los despidos en el Estado y en la industria, nuestro salarios caen en picada.
Y sin embargo las y los trabajadores nos movemos. Desde enero también, la AGD ha acompañado las luchas de los trabajadores contra los despidos, ha aportado a los fondos de huelga, se ha movilizado contra los tarifazos y en defensa de los puestos de trabajo de Siam, Interpack, Pilkington, como el año pasado lo hicimos con Télam y tantas otras dependencias del Estado. Adherimos y nos sumamos a las decenas de ruidazos que semanalmente se organizan en los barrios. Promovimos y participamos en un plenario del sindicalismo combativo (que integran el Sutna, Ademys, seccionales de Suteba, Unión Ferroviaria, Ceramistas de Neuquén, los trabajadores de prácticamente todas las luchas en curso), que resolvió la movilización del pasado jueves 14 que llevamos adelante masivamente con la consigna de “Ni tarifazos Ni despidos. En defensa de los salarios y las jubilaciones” y un programa de reivindicaciones.
Contra la ofensiva del gobierno y la parálisis de las burocracias, llamamos a extender el debate entre tus compañeros y compañeras de equipo de investigación o de cátedra, a impulsar reuniones y asambleas en los lugares de trabajo, a participar activamente de las asambleas de AGD. El último plenario de la Conadu Histórica resolvió impulsar el NO INICIO si no hay respuesta a nuestro reclamo salarial: 20% para recuperar la pérdida de 2018, 30% y cláusula gatillo para 2019, blanqueo de todas las sumas en gris o negro y salario para los ad honorem.
Y muy especialmente, las y los llamamos a parar el 8 de marzo con el movimiento de mujeres y por el conjunto de sus / nuestras reivindicaciones: basta de femicidios y travesticidios, aborto legal, seguro y gratuito.
Vení a la asamblea de AGD / viernes 22 de febrero / 18hs. /en la FACULTAD DE SOCIALES (Santiago del Estero 1029) / aula a designar.
Para la organización del 8 M venite a la reunión abierta de la Comisión de Género y Diversidad que se reúne el martes 19 de febrero, 17.30hs, en la sede central de AGD (Chile 2181).