El crimen de Lucas González, en el barrio porteño de Barracas, a manos de tres policías de civil de la Ciudad de Buenos Aires, no solo generó un masivo repudio sino que volvió a poner en primer plano el accionar represivo de la policía que persigue a los jóvenes de los sectores populares, los amedrenta, les arma causas para justificar su detención o, como en este caso, los fusila.
Días antes el cuerpo de otro joven, Lautaro Rosé, fue hallado en el río Paraná, tras haber sido perseguido por la policía correntina; una historia que recuerda y repite a la de Ezequiel Demonty, en 2002, a quien matan al obligarlo a arrojarse al Riachuelo.
Pocos días después, la noticia refiere el asesinato de Alejandro Martínez, tras una fuerte golpiza y torturas en una comisaría de San Clemente, a manos de nueve policías bonaerenses.
El año pasado, en los primeros meses de la pandemia, fueron los nombres de Facundo Astudillo Castro, al sur de la provincia de Buenos Aires, y de Luis Espinoza, en Tucumán, los que desnudaron nuevos hechos de brutalidad y asesinato policial.
El domingo, en el marco de un violento desalojo de la comunidad Lof Quemquemtrew de sus tierras, las fuerzas policiales rionegrinas hirieron de gravedad a un joven y asesinaron a Nawel Niyeu.
Correpi registra 7587 casos de violencia institucional por parte de las fuerzas represivas, desde 1983 a 2020. Desde la creación de la Policía de la Ciudad, hace cinco años, han sido documentados 125 casos de gatillo fácil.
Ni errores ni excesos, entonces. Criminalización de la pobreza y de los reclamos sociales como los de la comunidad mapuche. No hay solo responsabilidad material de la represión y los crímenes de la policía. Hay responsabilidad política directa de funcionarios (ministros, secretarios) de seguridad y del Estado.
Por eso, AGD se sumó a la convocatoria de la marcha de la gorra y llamó a lxs docentes a movilizarse.
Basta de Gatillo Fácil / Juicio y castigo a los asesinos de Lucas González y de los jóvenes asesinados por la policía / Fuera Sergio Berni, Marcelo D´Alessandro y Betiana Minor