Jueves 14, 18hs., cacerolazo en todos los barrios
El aumento del 400% en las boletas del gas es un ataque al salario y a las condiciones de vida de todos los trabajadores y se inscribe en un cuadro general de una inflación del 42%, del incremento de los pésimos servicios de transporte, de la luz y del agua. Es decir, en el cuadro de un ajuste contra los trabajadores, nuestros salarios y nuestras condiciones de vida.
El gobierno de Macri y Aranguren no reconoció un error para subsanarlo luego. Se vio obligado a retroceder en los siderales aumentos que había programado, no tanto por los fallos judiciales adversos como por las puebladas y movilizaciones que empezaron a estallar en las provincias patagónicas pero también en las barriadas del Gran Buenos Aires.
Ahora el gobierno y prácticamente todas las fuerzas políticas pretenden hacernos creer que incremento del 400% es razonable y obedece a la crisis energética en la que estamos hundidos.
Pero es falso.
En primer lugar, porque nuestros salarios no se multiplicaron por cinco. Incluso, los docentes universitarios que quebramos el tope salarial del gobierno (que pretendía imponernos un 25% hasta junio de 2017) no superamos el 34% en cuotas, que sigue estando por debajo de la inflación reconocida oficialmente y a años luz del precio de la boleta del gas.
En segundo lugar, porque la crisis energética es producto de otro desfalco: el de las empresas privatizadas a precio vil durante el menemismo, quebradas bajo el gobierno de De La Rúa, rescatadas sobre la base de subsidios millonarios durante la gestión del kirchnerismo, que continúan en el actual gobierno que mantiene para beneficio de los monopolios petroleros. Los gobiernos de Cristina Kirchner y De Vido y de Macri y Aranguren les aseguraron a las petroleras un precio sostén multiplicando por 2 y por 3 el precio que esas mismas empresas cobran en Estados Unidos! Un atentado contra nuestros bolsillos y contra la nación.
Con servicios deplorables, que en pleno siglo XXI cubren las necesidades de apenas el 60% de la población y tras haberse llevado en pala los subsidios, ahora pretenden que seamos nosotros los que, con todos sus libros contables cerrados, financiemos esas crisis a través de tarifas que son sencillamente impagables.
Y hasta nos proponen que no consumamos y que nos mantengamos abrigados mientras atravesamos el más crudo invierno en décadas en nuestro país.
Por eso, la AGD UBA llama a participar y se suma para que hoy resuene en todos los barrios el más contundente repudio al tarifazo del gobierno.
Abajo el tarifazo.
Que se abran todos los libros de las privatizadas que saquearon el país.
Nacionalización bajo control de trabajadores y consumidores de los servicios públicos y la energía.
AGD UBA en CONADU HISTÓRICA