La Conadu Histórica -que convocó, organizó y participó en las masivas movilizaciones en noviembre y diciembre contra la reforma previsional y las políticas de ajuste del oficialismo- denuncia que el Gobierno Nacional cerró el Congreso ante el inicio de una vigorosa respuesta popular.
En estos últimos días, el Pte. Macri dictó el megadecreto que derogó 19 leyes votadas por el Parlamento, y modificó otras 140, en detrimento de los derechos de los trabajadores. Ejemplo de ello son la que impone la embargabilidad de los salarios, y privatiza el fondo de garantías de la Anses, pero que va mucho más allá, siguiendo los lineamientos del FMI y de la OCDE. Es un decretazo contra la clase trabajadora y el pueblo en su conjunto.
Así prepara el Gobierno Nacional el escenario para el 2018. Para los trabajadores y sectores populares, reforma previsional, despidos masivos, cierre de fábricas, decretazos, tarifazos, inflación con cláusulas gatillo inexistentes, recortes presupuestarios, reforma sanitaria y educativa, eliminación de los Convenios Colectivos de Trabajo, paritarias amañadas y con tope del 10-15%, entre tantas. Para garantizarlo, ratifican la vía represiva desplegada por Bullrich y sus fuerzas de seguridad. Reprimen y encarcelan a luchadores populares, como lo hicieron en la represión de diciembre cuando detuvieron a siete militantes, para quienes exigimos su inmediata liberación.
Para llevar adelante estas políticas, Macri y Vidal sueñan con un país sin sindicatos. Es por eso que, según ellos, sobran 552 sindicatos. Se llama a la desafiliación y se quieren cerrar las organizaciones que libremente nos dimos los trabajadores, porque molestan al poder y porque molestan a los jerarcas sindicales que ahora son exhibidos como corruptos cuando siempre fueron –y los siguen siendo- colaboradores del poder. Repudiamos la persecución a todos los sindicatos con simple inscripción y/o personería gremial que estructuran su organización sobre la base de sus mandatos de asambleas y congresos, como hace nuestra Federación desde su nacimiento.
La educación, la docencia y la ciencia no podíamos quedar excluidos de este programa antipopular desplegado por el gobierno y los gobernadores. Es así que a nuestros jubilados investigadores que perciben el 85% móvil ya se les ha cambiado el coeficiente de actualización de sus haberes. Asimismo, más de 600 investigadores han sido despedidos o denominados “pendientes” por el Conicet en su ingreso a carrera. De igual modo, el Gobierno sigue sin dar respuestas a nuestros reclamos, ya que no han reunido ni una vez a las comisiones para abordar la situación de los docentes ad honorem y los contratados, ni el perfeccionamiento docente gratuito, ni el adicional a la efectiva y exclusiva dedicación.
Pero ahora fueron más allá, adelantándose a los reclamos de apertura de paritarias y aumento salarial en los sectores educativos: el Ministro de Educación Finocchiaro y el Presidente Macri han eliminado por decreto (uno más) la paritaria nacional docente y han fijado el salario mínimo de la docencia nacional –la que en la Universidad conocemos como garantía salarial- en un monto apenas superior en un 20% al salario mínimo vital y móvil, intentando consagrar de ahora en adelante un salario de pobreza para toda la docencia. El salario mínimo es, a partir de enero de 2018, de $9500. Un salario que no cubre ni la línea de indigencia del INDEC. Un salario que fue fijado unilateralmente por el ministro Triaca ya que no contó siquiera con el aval del triunvirato de la CGT para fijar este importe.
En otras palabras, Triaca hijo fija el salario mínimo. Finocchiaro le sube el 20% y fija el salario mínimo docente. Fin de las paritarias. Este es el sueño de todos los gobernantes: terminar con los sindicatos y la conquista de todos los convenios colectivos de trabajo.
Pero como si fuera poco, haciendo alarde de su desprecio por la negociación colectiva y por la libre organización de las y los trabajadores, el gobierno definió que el voto de todas las organizaciones que participan en las paritarias docentes vale lo mismo. O sea, un sindicato un voto, ignorando la afiliación a cada gremio y desvirtuando la representación proporcional. De este modo, construye mayorías en la negociación, del mismo modo que lo hizo el gobierno anterior con la paritaria docente de las Universidades Nacionales, en perjuicio de la CONADU HISTÓRICA, y que tantas veces denunciamos.
La Conadu Histórica repudia estas políticas, en particular las anti sindicales que atentan contra las conquistas históricas del movimiento obrero, imponiendo de hecho la reforma laboral y el fin de las paritarias; al tiempo que ratifica su programa histórico: paritarias libres y salario testigo igual a la media canasta familiar. En base al mandato de nuestros congresos planteamos la necesidad de un paro activo de los trabajadores y un plan de lucha en defensa de nuestros derechos.
Rechazamos de plano el tope del 15%. Rechazamos de plano los salarios debajo de la línea de pobreza. Rechazamos de plano, frente a la creciente inflación, la falta de actualización periódica de los salarios como siempre hemos reclamado. Y planteamos que, a la vuelta al trabajo, deliberemos en las aulas, laboratorios, talleres y todos los lugares de trabajo, para confeccionar en común un pliego de reivindicaciones en defensa del convenio colectivo de trabajo, el 82 y el 85% móviles, un inmediato incremento salarial y la defensa de los intereses generales de la clase obrera, de las libertades democráticas, de nuestras organizaciones y de la universidad pública al servicio de la mayoría nacional