Carta a nuestrxs compañerxs
Nos merecemos el festejo. Ahora hay que seguirla
Cómo no vamos a festejar si «paramos a Milei», como decíamos en nuestros volantes. Si luchamos por el salario, las jubilaciones docentes y el presupuesto desde el mismo momento en que asumió este gobierno.
Marchas masivas, jornadas de paro, ruidazos, aplausazos, semaforazos, abrazos a nuestras facultades y colegios, clases públicas en calles y avenidas. ¡Tres veces llenamos de clases la Plaza de Mayo!
El miércoles 17, tuvimos nuestro primer gran triunfo y lo celebramos en las calles de Buenos Aires y de todo el país junto con nuestrxs estudiantes y compañerxs no docentes. Y en los días siguientes, en pasillos y salas de profesores intercambiamos saludos con otro ánimo y satisfacción.
También celebramos con lxs compañerxs del Garrahan y el conjunto de lxs trabajadorxs porque esta derrota del gobierno de los Milei abre un mejor camino para seguir por estas y por todas las reivindicaciones populares.
Tras la nueva paliza en el Congreso, el gobierno aún finge que no hay desfinanciamiento.
El presidente retuiteó con su coro de troles que este fue el gobierno que «más plata en términos reales les dio a las universidades públicas». Una afirmación que fue desmentida en las redes apenas comenzó a rodar. En realidad, este es el gobierno que ejecutó la menor inversión en las universidades desde 2007.
Ahora falta la aprobación del Senado y que el gobierno reglamente la Ley de Financiamiento de las universidades para que el salario del cargo de ayudante de primera con dedicación semiexclusiva pase a cobrar en noviembre de este año $564.316,53, lo que significa una recomposición de 41,26% respecto de noviembre de 2023.
Las falsedades del gobierno van de la mano de las bravuconadas del subsecretario de Políticas Universitarias y su 0800 para recibir denuncias por adoctrinamiento. O las del inefable Adorni que adelantó que el gobierno va a desconocer la ley. Lo acaba de hacer con la Ley de Emergencia en Discapacidad que promulga y de inmediato suspende su aplicación.
Por eso decimos que hay que seguirla. Para terminar de conquistar nuestro derecho al salario y la jubilación. En lo inmediato, el día que el Senado discuta el veto –el 2 de octubre, hasta el momento–, inundemos nuevamente todas las calles del país con nuestro grito en defensa de la universidad, sus trabajadorxs y estudiantes. Para eso, previamente, impulsemos asambleas junto a estudiantes y no docentes para garantizar una nueva y masiva movilización para seguir parando a un gobierno que amenaza todos nuestros derechos.