Justicia por Luna y Mariel.
Justicia por Brenda, Morena y Lara.
El doble femicidio de Luna y Mariel se suma a la larga lista de femicidios, transfemicidios y crímenes de odio de los que vemos todos los días. Una mujer cada 36 horas es asesinada por violencia de género, mientras que en el primer semestre de 2025 se contabilizaron 102 crímenes de odio (17 contra el derecho a la vida y 85 contra la integridad física). Al ajuste y condiciones materiales que implosionan nuestras vidas cotidianas y recrudecen la violencia sexo-genérica se suman los discursos de odio y el negacionismo que fomentan desde el poder político, con Milei y sus acólitos a la cabeza. Este nuevo crimen tuvo a Pablo Laurta, el femicida de Luna y Mariel, como uno de sus agitadores alrededor de la organización reaccionaria y antifeminista “Varones Unidos”, vinculada a los asesores del presidente Milei, Agustín Laje y Nicolás Marquez.
Uno de los postulados que agita esta organización misógina parte de afirmar la “femineidad como el complemento natural de la esencia masculina”, colocando a la mujer en un rol secundario, de sometimiento y de desprecio. Esta organización, quien tiene como líder al femicida Pablo Laurta, detenido por el asesinato a balazos de Luna y Mariel, se encargó desde sus páginas de presentar a las víctimas como victimarias, sumando argumentos a los ya conocidos en las causas judiciales: “Algo mal habrás hecho”. Son conocidos los eventos que esta organización llevó adelante contra las supuestas “falsas denuncias”.
La mentada “batalla cultural” que encarna el gobierno nacional, no es más que una avanzada ideológica que fomenta el odio y la violencia hacia las mujeres y diversidades para hacernos retroceder en nuestras condiciones de vida y generar divisiones de género entre la clase trabajadora, con un claro objetivo de disciplinamiento social, tan funcional al sostenimiento de este régimen de opresión.
Mientras progresistas y libertarios acusan al movimiento de mujeres y diversidades de habernos pasado cuatro pueblos con nuestras acciones y reclamos, los narcos transmiten en vivo el descuartizamiento de Brenda, Morena y Lara, en lo que constituyó un narcofemicidio, utilizando la vejación del cuerpo de tres mujeres para dar un mensaje mafioso. La barbarie está a la orden del día, el régimen lo alimenta, las consecuencias se descargan sobre nosotrxs.
Los hechos de violencia sexual, psicológica, laboral y económica no son un relato. Paremos esta violencia, organicemos la bronca, sumemos a cada plan de lucha nuestras reivindicaciones, y preparemos la movilización del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Tomemos nuevamente las calles contra toda forma de violencia y opresión.