En una maniobra de fin de año, las autoridades de la Universidad han decidido impulsar una resolución que no resuelve los reclamos de profesores y docentes del CBC maniobrando con sus derechos y reivindicaciones. En la sesión del próximo miércoles 12 de diciembre, el Consejo Superior de la UBA se apresta a votar una resolución que resuelve que los profesores regulares del CBC integren el claustro de profesores de la facultad designada en el acto de aprobación del llamado al concurso en el que fueron designados, pudiendo en caso de que su designación se encuentre vigente, quedar esta potestad a cargo del Consejo Superior conforme a la materia en la que fue designado y/o sus título/s de grado.
Dicha resolución, tratada a fin de año, casi en medio del receso, implica una ofensiva en regla contra el proceso de democratización universitario, siendo particularmente un ataque a la lucha por la ciudadanía política de la mayoría de los docentes del CBC.
La resolución echa por tierra la perspectiva de dotar al CBC de un órgano de gobierno propio, reforzando el poder del Director elegido a dedo por el rectorado y las decisiones unilaterales de ambos.
Al mismo tiempo, es un golpe a la enorme lucha que los y las docentes del CBC venimos impulsando por la regularización de las designaciones y cargos, exigiendo el cumplimiento del CCT nacional, en la medida en que deja sin representación política a más del 90% de los y las docentes, constituyendo además un atropello a la lucha por el claustro único docente.
Nos encontramos con una maniobra cuyo trasfondo es tan sólo la rosca entre las distintas camarillas que integran el rectorado y las facultades, que deciden a partir de la manipulación del claustro de profesores los destinos de la universidad, gracias a que, como consecuencia de la no democratización de los órganos de gobierno universitarios, dicho claustro concentra más del 50% de la representación si sumamos a los decanos, a pesar de representar a menos del 5% de los docentes de la universidad.
Rechazamos esta nueva intervención del rectorado en la vida política de las facultades, y llamamos a redoblar la lucha, a 100 años de la reforma universitaria, por democratizar la universidad y conseguir la ciudadanía plena para el conjunto de los y las docentes, que en el caso del CBC implica además la conformación de un órgano de gobierno propio sin la intromisión del rectorado.