Desde AGD CBC difundimos esta carta a docentes y estudiantes confeccionada en reuniones abiertas realizadas en las sedes de Puán y Ramos Mejía. Invitamos a todos y todas a leerla en sus cursos en el comienzo de este ciclo lectivo, difundiendo las problemáticas que impactarán inevitablemente en la cursada. Abramos el debate. Organicémonos para defender la universidad pública y gratuita. Viva la unidad docente – estudiantil.
Estimados/as estudiantes,
Les queremos dar la bienvenida a un ciclo lectivo que no es igual a otros. Queremos advertir que la Universidad Pública está en peligro. No es un eslogan, ni una palabra vacía. Es concreto, es real, es visible.
Con el anuncio del congelamiento presupuestario nos encontramos en una situación límite, que condiciona con claridad el funcionamiento de las universidades nacionales como así también los cientos de instituciones educativas, de salud e investigación que dependen de ella. El propio CIN y el Consejo Superior de la UBA manifestaron la imposibilidad de funcionamiento en apenas algunos meses.
Esto que estamos alertando tiene números concretos, el gobierno nacional anunció la prórroga de los valores del presupuesto 2023 para 2024, con una inflación interanual del 276%. Amenaza con más de 200 despidos en el Conicet. Al mismo tiempo, sin convocatoria a paritarias, el gobierno decretó un aumento del 12% para los docentes universitarios que será cobrado en abril contra una pérdida del 30% ya acumulada de diciembre a febrero, a lo que se le suma otro 30% que viene perdiendo nuestro salario en los últimos ocho años. Ya cientos de docentes estaban en la línea de la pobreza, con esta reducción salarial vía inflación, muchos quedarán cerca de la línea de indigencia.
La Universidad Pública, para funcionar, necesita electricidad, internet, agua, gas, elementos de limpieza, pizarrones, marcadores, tizas, borradores, mantenimiento de infraestructura, entre muchas otras cosas. Necesita de los no docentes, que son quienes sostienen todo el trabajo administrativo y de mantenimiento de todos los edificios que componen nuestra Universidad. Necesita también de docentes que puedan transmitir los conocimientos, desde diversos marcos teóricos, para darles a ustedes las herramientas del pensamiento crítico y universal, y acompañarlos en un camino académico que, aunque a veces sea difícil, es apasionante y nos impulsa a la reflexión y transformación de realidades.
Con este presupuesto la Universidad Pública no puede sostenerse. En el marco del paro universitario nacional del 14 de marzo, el gobierno nacional anunció un aumento del 70% para gastos de funcionamiento, pero semanas antes había anunciado la eliminación completa de los subsidios a las tarifas, haciendo cargo a las universidades de su pago pleno. Con lo cual ese anuncio quedó estéril, ni siquiera llega a cubrir el 10% de los aumentos de los servicios de agua, electricidad y gas que se dispararon profundamente en el último período, y que para las universidades superará el 500%.
Al mismo tiempo, para ustedes, los/as estudiantes, el viaje a las distintas sedes se vuelve cada vez más difícil por el aumento de las tarifas del transporte. El acceso a los materiales de estudio muchas veces depende de los dispositivos tecnológicos con los que cuente individualmente cada estudiante y la posibilidad de conectividad; la oferta de becas está reducida prácticamente a la nada y el refrigerio para largas jornadas de cursada es un esfuerzo que pocos/as pueden asumir. Esto se conjuga con una oferta de comisiones cada vez más reducida, ya que en muchas cátedras frente a la jubilación de docentes no se reemplazan los cargos, situación que perjudica al estudiante, en muchos casos, en el contexto de trabajos precarizados. Esto obliga a muchos/as de ustedes a abandonar los estudios.
No desconocemos los problemas de asfixia presupuestaria que ya acarreamos con gobiernos anteriores, y que ha redundado en un avance de la privatización progresiva de ciertas áreas de la Educación superior, por ejemplo, el arancelamiento de las carreras de posgrado, tampoco desconocemos la falta de mantenimiento edilicia que viene sufriendo nuestra universidad y que lo venimos notando en la falta de insumos para las prácticas formativas o para la misma cursada de grado. No negamos que nuestro salario viene perdiendo hace años y que la calidad educativa viene resintiéndose, venimos reclamando una y otra vez para defender la Universidad Pública, gratuita y de calidad, a cada gobierno, a cada gestión de la Universidad, pero no podemos dejar de advertir que hoy nos encontramos ante un ataque inédito, de características históricas, contra la Educación Superior, contra la ciencia y la salud públicas. Y es necesario reaccionar.
¿Y por qué es importante la Educación Superior? ¿Y por qué es importante que el Estado la sostenga? El conocimiento del mundo que nos rodea, la comprensión de los fenómenos naturales, la compresión del cosmos y su impacto en las características de funcionamiento de nuestro planeta, los orígenes de la humanidad y la construcción histórica de sus diferentes formas de organizar la sociedad para la supervivencia, el descubrimiento de enfermedades y su cura, la capacidad de observar y comprender, de sorprendernos y entender, de pensar críticamente cómo vivimos y las múltiples posibilidades de organización social, en función de nuestra historia y las decisiones que tomamos, el pensar críticamente las relaciones de poder y las relaciones sociales, todo esto y mucho más vamos construyendo en el saber cotidiano que se genera en el aula entre docentes y estudiantes, y en el saber acumulado por años de investigación y desarrollo de conclusiones que fueron forjando las diversas Ciencias en las que estamos involucrados. Y que el Estado la sostenga no sólo apunta a garantizar un acceso masivo, la posibilidad de formarse, no reducido a una elite que la pueda pagar, sino también que cuantas más cabezas pensando, más ideas se están intercambiando, más conclusiones emergiendo.
Por eso los queremos convocar a deliberar en todos los cursos, en los pasillos, en los baños, en el patio, en el comedor, ¡en donde sea! Los convocamos a organizarse, a reunirse, a charlar entre ustedes y con sus docentes, a resolver iniciativas, actividades que les parezcan convenientes para visibilizar este problema y prepararnos para impedir que nos roben el futuro. Nos convoca la historia. Nos convoca el presente. Impulsemos un gran movimiento estudiantil, docente y no docente que le haga frente a esta grave situación. Defendamos juntos/as la educación pública por la que tanto luchamos!
Docentes del CBC