mircoles 05 de julio de 2023

En defensa de una universidad pública

Quienes no tienen lugar aquí son los xenófobos y ajustadores En estas semanas, se han reproducido declaraciones que apuntan contra la universidad pública y gratuita Se trata de un clásico de las campañas electorales, cuando los sectores más recalcitrantes de la política la emprenden contra las conquistas populares. Los dichos de Patricia Bullrich deben ser […]

Quienes no tienen lugar aquí son los xenófobos y ajustadores
En estas semanas, se han reproducido declaraciones que apuntan contra la universidad pública y gratuita Se trata de un clásico de las campañas electorales, cuando los sectores más recalcitrantes de la política la emprenden contra las conquistas populares.
Los dichos de Patricia Bullrich deben ser repudiados por xenofóbos y también por revelar una profunda ignorancia. Pero no debemos solo cuestionar el delirio de sus cálculos; también su blanco de ataque.
Como docentes e investigadorxs estamos orgullosxs de que estudiantes chilenos, peruanos, colombianos, venezolanos, de toda América Latina, puedan venir a estudiar y formarse como profesionales en nuestra universidad pública. La naturaleza pública de nuestra universidad fue una conquista de nuestro pueblo y abrió un camino y una perspectiva en toda la región, que cada rebelión popular trae a la memoria como sucedió en años recientes en Chile o en Colombia.
Defendemos la universidad pública y gratuita. Por eso repudiamos también la propuesta de arancelamiento Franco Rinaldi –otro candidato de JxC.
Bullrich y Rinaldi –entre otros tantos voceros en campaña, ni hablar de Milei- plantean sus propuestas reaccionarias y antiderechos, sobre la base de la crisis presupuestaria de la universidad pública, el vaciamiento de la escuela media, la falta de acceso de los sectores populares que abandonan el secundario, las dificultades de nuestros estudiantes -que en su mayoría tiene trabajos precarios- para terminar sus estudios a término.
Pero en lugar de dar respuesta a cada una de estas manifestaciones proponen medidas para agravar la crisis, para profundizar la desigualdad educativa, para expulsar incluso estudiantes argentinos y extranjeros. No son originales en sus propuestas: Bullrich formó parte de la Alianza que intentó un ajustazo en la universidad que provocó una masiva movilización que terminó por echar por los aires al entonces ministro López Murphy, de su mismo espacio político. Pero más extendidamente: desde el menemato, con la ley de Educación Superior todavía vigente, los distintos gobiernos han ido ajustando el presupuesto, licuando el salario docente, vaciando la escuela media con reformas a espaldas de la docencia, agravando los niveles de pobreza, trabajo en negro y precario de las familias trabajadoras. Con estas políticas económicas, sociales, educativas, ¿qué esperan que se “refleje” en la universidad pública?
Por una universidad pública, abierta a los argentinos y a todos los hermanos de latinoamérica, gratuita, científica, con presupuesto, salarios, más y mejores becas.
Quienes no tienen lugar en la universidad pública son los xenófobos y ajustadores.