(AGD-CNBA)
Por la regulación del teletrabajo docente
Del trabajo en el colegio al trabajo en casa:
Una jornada laboral indefinida
Si bien la tarea pedagógica que estamos desarrollando recibe, a falta de una denominación más exacta, el nombre de “clases virtuales”, todxs sabemos que existen importantes diferencias entre los cursos que normalmente se imparten con una modalidad virtual y la experiencia que lxs educadorxs transitamos actualmente. Ante las evidencias de que esta forma de trabajo se extenderá por varios meses, consideramos urgente comenzar a reglamentar nuestros derechos laborales, de manera que no se vean vulnerados por la irrupción del teletrabajo en este contexto de crisis.
Tal regulación debe entenderse como una medida extraordinaria, transitoria y de aplicación excepcional durante la vigencia de la situación de emergencia a causa de la pandemia por COVID 19 que nos impide asistir a nuestros lugares naturales de trabajo. Se trata de una ampliación y adaptación de los derechos laborales consagrados en el CCT con el objeto de atender a la especificidad de nuestras condiciones actuales de trabajo. La implementación de “normas” no debe quedar librada a la buena voluntad de las autoridades, sino que debe regularse en un marco institucional que se ajuste a los derechos laborales vigentes.
Es digno de destacar que en esta situación adversa, la enorme mayoría de lxs docentes brinda un importante acompañamiento a sus estudiantes y junto con ellxs han puesto en marcha experiencias creativas y transformadoras. Para cuidar esos procesos, consideramos imperioso establecer un marco que organice el trabajo, evitando así sobrecargas injustas que perjudican esa valiosa labor.
En ese contexto, consideramos que los siguientes son algunos puntos cuya inclusión resulta imprescindible en la nueva regulación:
1. Pausa Virtual. Habilitar cada dos semanas -aproximadamente- al menos una semana sin carga de materiales en la que la interacción con lxs estudiantes pueda suspenderse o limitarse a la atención de consultas, privilegiando la planificación de clases, confección de actividades y otras tareas que demandan una gran cantidad de tiempo. Como ya lo hemos señalado, esta propuesta no solo apunta al cuidado de nuestra salud sino que, además, contempla la situación de lxs alumnxs, quienes durante el lapso de esa semana podrían ajustar ciertos desfasajes en algunas de las materias.
2. Días y horarios de comunicación institucional. Limitar las comunicaciones institucionales, sean generales o departamentales, a los días y horarios de funcionamiento administrativo del colegio, evitando impartir información y/o directivas en horarios nocturnos o durante fines de semana y feriados. Esta medida busca preservar los lapsos durante los cuales lxs docentes tienen derecho a la desconexión digital, para organizar los tiempos de trabajo y preservar la intimidad familiar y el descanso.
3. Plazos para la implementación de directivas pedagógicas. Estipular plazos razonables para la aplicación e implementación de las directivas impartidas. Para favorecer la planificación laboral de lxs docentes, resulta necesario que tanto las autoridades del colegio como las jefaturas departamentales no solo comuniquen las informaciones en tiempo y forma, sino que también lo hagan con la antelación necesaria para poder incorporarlas adecuadamente a nuestra labor.
4. Pautas y tiempos demandados. Respetar tiempos y pautas laborales equivalentes a las que demandaría nuestra tarea en la presencialidad. A petición de aquellxs docentes q se vean obligadxs a respetar los horarios de trabajo en otras instituciones, se aceptará que la carga de materiales en el campus se realice en un día diferente del establecido en el cronograma. Para garantizar el proceso pedagógico, resulta esencial que las autoridades de la institución (sean estas departamentales, de cada turno o de índole general) pongan especial atención en no sobrecargar de tareas a lxs docentes, como medida elemental del cuidado de la salud. Resulta de igual importancia que se respeten las modalidades didácticas de lxs profesorxs a cargo de los cursos y la libertad de cátedra, sin intervenciones que condicionen el vínculo con lxs estudiantes. Eso incluye que las autoridades habiliten el acceso a algún instrumento de videoconferencia, de manera optativa y dentro del marco institucional -con el correspondiente protocolo- para lxs docentes que lo soliciten. Muchxs profesorxs encuentran tal práctica sumamente productiva y advierten que resulta motivadora para lxs alumnxs.
5. Distribución de los grupos de estudiantes. Mantener la cantidad de alumnxs por aula virtual dentro de los parámetros razonables para este tipo de trabajo, sin incrementos. Los movimientos de turno y división que pudieran suscitarse se implementarán una vez resuelta la crisis sanitaria.
6. Distribución de las tareas administrativas. Reorganizar tareas de modo que aquellas de tipo administrativo no quiten tiempo a la elaboración y dictado de contenidos pedagógicos. En este punto, resulta indispensable distribuir tales tareas entre los diferentes actores pedagógicos del colegio, de manera que lxs profesorxs no se vean recargadxs con ocupaciones tales como llevar registros de asistencia o hacer el seguimiento de condiciones de conectividad. Para garantizar el buen funcionamiento de esa distribución, es igualmente importante que se clarifique el rol de cada uno de esos actores y su alcance.
7. Designaciones. Garantizar la continuidad de las designaciones en las horas cátedra y en los cargos docentes -incluidxs aquellxs que ejercen en las distintas actividades de la DEyBE- de acuerdo con la planta funcional vigente al comienzo del teletrabajo.
8. Licencias médicas y ART. Ampliar el rango de causales para licencias médicas y coberturas por riesgos de trabajo, a fin de incluir aquellas afecciones específicas provocadas por el teletrabajo. Como consecuencia de la crisis sanitaria nuestra tarea ha visto un abrupto incremento de horas frente una computadora Eso trae aparejadas dolencias que en situaciones habituales no nos aquejarían. Entre ellas, las más frecuentes son las contracturas cervicales, lumbalgias y otros problemas de columna derivados de posturas forzadas, como dolores de cabeza, fatiga visual, visión borrosa, tendinitis de codo y síndrome del túnel carpiano.
9. Infraestructura. Eximir del teletrabajo a quienes presenten inconvenientes para el desarrollo de las actividades por problemas de infraestructura, tecnológicos, por cuidado de menores o de familiares en situación de riesgo o con enfermedades crónicas. En tales casos, las autoridades deberán otorgar la Dispensa actualmente vigente por cuidado de menores y familiares a cargo (Art. 3 de la Resolución 207/2020 del Ministerio de TEySS), hasta tanto no se reglamente una licencia que cubra esta situación. Las horas cátedra o cargos afectados a la dispensa deberán ser cubiertos con docentes suplentes, siempre ajustándose a la reglamentación vigente (Res. 3103/11).
10. Recursos y herramientas de trabajo. Así como en el aula contamos con pizarrón, tiza, borrador, pizarra digital, banco y escritorio, del mismo modo la institución debe garantizar a lxs docentes el acceso a los recursos tecnológicos y las herramientas de trabajo. Ese ítem debe contemplar los insumos de trabajo, ya sea terminales de computadora, conexiones de acceso, datos móviles, equipamiento general (sillas, periféricos y demás) o adquisición de licencias de software que fueran necesarias para el desarrollo de nuestra labor.
Los gastos habituales de mantenimiento de la infraestructura para el funcionamiento de la institución se han reducido, puesto que se han trasladado a lxs docentes. Es decir, se ha invertido la normal circulación de ese dinero, que antes costeaba la institución y ahora costean lxs docentxs. Se trata de una situación injusta que debe rectificarse.
La universidad cuenta con mecanismos que puede implementar para reconocer esos gastos, como programas de subsidios y diversos mecanismos de reintegro. Mientras tanto, hasta que las autoridades de la UBA o el CNBA cubran los gastos extras para el desarrollo del trabajo virtual, se acreditará un bono salarial para cubrir gastos de conexión, compra o reparación de computadoras, entre otras erogaciones.
La situación en el AMBA lleva a pensar que la modalidad de trabajo a distancia se prolongará durante la segunda mitad del ciclo lectivo. Por ello, la regulación de la actividad se impone como una medida de carácter urgente. Nuestros derechos laborales no deben ser postergados por dilaciones ni por cuestiones burocráticas: es ahora el momento de resolver la problemática.
AGD-CNBA
Colegio Nacional de Buenos Aires
Asociación Gremial Docente de la UBA
en CONADU HISTÓRICA