Ayer, en tiempo récord, Conadu/Feduba, Fedun/Aduba y Ute/Ctera acordaron una paritaria que impone para el año 2022 un 41% en 4 cuotas no acumulativas (calculadas siempre sobre el salario de marzo 2022): 13% a cobrar en abril; 12 % en julio; 6% en septiembre; 10% en octubre; y una cláusula de revisión en el mes de septiembre. Las burocracias firmaron el mismo día en que se anunció la disparada del 4,7% de febrero. ¿Hace falta agregar algo más?
El Congreso de la Conadu Histórica (14/03), tras un largo debate, rechazó la oferta del gobierno por 53 votos a 39, por parte de los congresales de las 26 asociaciones de base. En la asamblea de AGD (9/03) volcamos y debatimos todos los argumentos de este rechazo:
1) Nuestros salarios arrastran una pérdida salarial acumulada del 32% desde el año 2015. Para que se advierta el desplome: la “garantía salarial” del cargo testigo apenas llega a $50.000, por debajo de la línea de pobreza. Para que se vea el tamaño del ajuste: si el año pasado nos dieron un “bonito” de $2500, ahora hasta nos quitan el bono de conectividad de $2000 cuando en todo el país todavía se siguen dando clases virtuales.
2) El 41% que recién cobraremos en octubre está por abajo de lo que percibieron otrxs trabajadorxs, incluso en un cuadro de ajuste generalizado por el tope de Alberto Fernández y su ministro Moroni, como parte de las condicionalidades del FMI.
3) El porcentaje ofrecido contrasta con la inflación anual que se prevé en más del 55%. Según el propio Indec, en el día de ayer, la cifra ya se ha calcula en más del 60% anual. Es decir, que la paritaria de miseria que firmaron las burocracias agravará el deterioro del salario docente, cuyo básico está por debajo de la línea de pobreza.
4) No hubo finalmente recomposición salarial alguna en la paritaria 2021. Con el 3% que vamos a percibir en marzo, se llega al 53%, cuando la paritaria docente se extiende de marzo a febrero y, en ese período, la inflación superó el 52%.
Contra quienes se apresuran a firmar y a declarar el cierre de la paritaria, la AGD se movilizó ayer al Ministerio para hacer público el rechazo de la docencia pre y universitaria.
Llamamos a lxs docentes a la más amplia deliberación colectiva en los lugares de trabajo. Sigamos organizándonos en defensa del salario y las condiciones de trabajo. Ningún docente debajo de la línea de pobreza. Media canasta familiar para el cargo testigo (ayudante de primera semiexclusivo): $82 mil (hoy cobramos la mitad), igual a la línea de indigencia. No a los techos salariales del FMI y el gobierno. Salario para los miles de docentes ad honorem.